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El Hotel Black Rose es quizás otro de muchos que esconden detrás mitos urbanos, o secretos que se rumorean por la ciudad de Ámsterdam. Algunos evitan estar cara a cara frente al hotel, otros, como los ricachones obvian esto porque desean alardear de estar en un sitio candente.
Dewitt Van Santen, un holandés pirado de las flores ideo los planes del Black Rose porque su querida esposa realmente anhelaba un lugar para ‘relajarse’ pero Dewitt con esa excusa hizo un trato con un importante burgués de la época para encontrar un sustento en un intento de pedir socorro con los fondos. Así es como fue fundada en 1850, abriendo sus puertas por primera vez el día 23 de mayo del mismo año.

Lamentablemente, las desgracias sucedieron cuando a penas se construía sus pilares. Madame Christine, una oscura mujer conocida por su fama de bruja e hija del diablo y no, no por su carácter. Tuvo el agrado de presentarse como una humilde patrocinadora; ambos al parecer, tuvieron una cálida charla durante la construcción, haciendo un pacto secreto que se daría a conocer terminado el edificio. Tanto ella como Dewitt se pusieron de acuerdo en que sería la cara del Hotel. Más, para la querida esposa del arquitecto no estaba muy de acuerdo. Los rumores crecieron y todos dieron a entender que ellos andaban en un amorío. ¿Y que pensaría la esposa de esto?, un latente adulterio y un suceso desagradable que marcaría para siempre.

Las cosas salieron bien al comienzo y las puertas de apertura en sus primeros días atrajeron curiosos y nobles impacientes. Y por más que la fiesta arrancó de manera excepcional, la esposa recelosa en el medio de un brindis, pensó que humillar a la modelo fue la mejor idea de su vida. Sin embargo, Madame Christine no se podía quedar de brazos cruzados por tal indignación ya que, nadie salió en defensa de la víctima y mucho menos, lo hizo Dewitt.  El ‘embrujo’ que todos presenciaron. Una noche inolvidable que muy pocos conocen o muy pocos recuerdan a excepción de los que una vez estuvieron, más las palabras siempre serán recordadas generación tras generación oralmente:

Esas fueron las palabras recitadas y que cayeron al lugar como una fuerte bomba nuclear, una vez que cae, es difícil remover los daños que causó. Muchos se espantaron por muy pocos creyentes que sean, sólo dieron por justo quemarla a la hoguera ante la supuesta afirmación pública que fue parte de un clan oscuro como lo son las brujas, pero nadie pensaría en la época que en realidad era una verdadera vidente

Black Rose, o en su significado al traducirlo: Rosa Negra. Símbolo de muerte en algunos lugares aunque tradicionalmente se relacionaban con la oscuridad, con las ciencias ocultas y con lo pagano. De hecho, son muchas las personas que las lucen tatuadas en su cuerpo aludiendo a este simbolismo. Históricamente, han estado más ligadas al sueño y a la fantasía que a la realidad. ¿No lo hace esto más curioso?, es decir, muchos optan por señalar acusadoramente con el dedo el cartel de ostentosas letras que adornan en la entrada del hotel, diciendo con insistencia que todo fue por obra de una brujería o una maldición. Es lo cierto y lo más sensato, porque así pasó aunque nadie cree ahora en cosas de fantasía, ¿verdad? Por otra parte, el nombre fue pensado debido al creador y su extraña obsesión por las rosas, de las cuales nunca supo si existen o no. Lástima por él, que nunca se enteró que ese nombre iba a ser el que provocaría controversias luego de un severo castigo de la famosa Madame Christine.  

Así pasó pero 50 años después, tal cual lo reveló a pulmón aquella mujer. La noche del año 1900 era espectacular, y al son de una orquesta los huéspedes y los invitados se deleitaban del baile, la música y unas copas. La maravillosa velada era una conmemoración de los siglos de oro del hotel. Desgraciadamente, ese 23 de mayo, tal vez sería la primera tragedia y una gran cosecha de lo que una vez el pasado sembró. El resonar de un disparo no se escucho en el momento, pero los vestigios de la fiesta dejaron malas noticias. La hallaron muerta en la fuente. Fiorella Meli, aquella chica de rizos castaños había sido brutalmente asesinada sin testigos e incluso fue la primera víctima que daría paso a otras más. Todos se preguntaron, ¿quién?, ¿por qué?, las preguntas quedaron colgando y nadie sabia la respuesta. De saber que el asesino se escondía dentro del hotel mientras juega de corderito, alarmaron a muchos. Con un total de 23 muertes sin rastros, la policía buscó al sigiloso hombre sin descanso.  

En 1930, las cosas eran distintas, el asesino que tanto hizo temblar aparentemente lo atraparon pero el dueño fue sin duda un picaflor. Aquél que engañó a su esposa con la bella damisela que se alojaba en la habitación 404, apenas atraparlos en acción les dio un disparo a cada uno y limpió todo para luego coronarse la nueva dueña. Annelien, conocida como la feminazi holandesa del hotel. Tuvo hambre de poder y su ambición provocó que los que se quedaban no podían irse nunca, sí, los encerraba bajo llave hasta convencerlos de quedarse otros días más. ¿Pero que le pasó a esta mujer?, su muerte fue un completo misterio, hallada en la misma habitación de los amantes apasionados, tendida sobre el techo tras haberse ahorcado. La culpabilidad pudo con ella, dicen.  
Y aunque existan otros sucesos impactantes, las adversidades iban tapándose para no crear mala fama al hotel. No obstante, todos los abuelos recuerdan el día en que el Black Rose se incendió, muchos rumores se corrieron. Desde un simple accidente hasta un fuego provocado. Las vidas que se encontraban ahí, se volvieron cenizas junto a los escombros del lugar. El gran castillo en ruinas. Tras pasar unos años, se data hasta hoy que un fuerte negociante coreano compró las parcelas para reconstruir lo que una vez se vino abajo. Tae Hwan Baek, el importante empresario de la época y el joven líder de la mafia coreana. Ya en 1980, el hotel abría nuevamente sus puertas el 4 de septiembre.    

Actualmente… El Hotel es un prestigioso sitio para gente de vida con buenas ganancias, aún con indicios de rumores acerca de un pasado casi borrado. El hijo del anterior dueño de la propiedad del cual mando a reconstruir, heredo legalmente el lugar, con otras compañías a su alcance, decidió que algo tan amado para su padre no se vaya abajo. Pero, ¿todavía habrá más catástrofes?, ¿las almas intentarán atormentar a las nuevas generaciones del hotel?, ¿que habrá detrás de las paredes? ¡Quien sabe!