El encanto de ser una Weasley {Skyler & Rose}

Skyler ciertamente estaba encantada mientras miraba aquel ambarino pergamino que reposaba sobre una de las mesas de la biblioteca en la que momentos previos había estado estudiando Alquimia. Normalmente nunca estaba tan eufórica, salvo por aquellas excepciones en las que compraba zapatos y ropa nueva, pero aquel día había llegado inesperado: Una lechuza de plumaje blanco se había posado sobre una de su pilas de libros, exhibiendo así a la vista un pequeño paquete verde que contenía una pulsera de plata con pequeños dijes de dragones, además de una carta escrita con la pulcra caligrafía de quien sería su progenitor. Era obvio que Charlie Weasley le había tomado cariño a su adorada hija, a pesar de aún no haber tenido la oportunidad de conocerla en persona.

Pero más que estar decepcionados por no conocerse, la ansiedad se hacía mas presente cuando los días pasaban, dejando que poco a poco, con cada movimiento de la manecilla del reloj, faltara menos tiempo para que aquello sucediera. Faltaban exactamente dos semanas para que ambos se encontraran por primera vez en Hogsmade, razón por la cual Skyler en su interior llevaba a una saltarina niña pequeña esperando por salir. El haber establecido una buena relación con su padre a pesar de la distancia la hacía sentir amada, algo que para ella era totalmente nuevo.

¿A quién estaba a punto de recurrir para contárselo? A Rose. Porque era su prima favorita, porque la adoraba y porque era la persona en la que más confiaba en todo el mundo, después de James obviamente. De todos sus primos, se había encariñado con dos: Rose & James. Rose porque la había aceptado sin dudar y James porque.. aunque fuera algo raro, era su platónico.

Corría por los pasillos del tercer piso, en busca de la susodicha, empujando a uno que otro Hufflepuff con la excusa de su prisa para hacer de aquello algo más entretenido. Aunque, cuando el aire hizo falta en sus pulmones (y el aburrimiento se hizo presente) tuvo que detenerse.

Media hora después,totalmente exhausta por su largo recorrido se rindió. Bufando con cierto fastidio y rodando los ojos, se apoyó contra una pared  mientras pensaba ¿Donde carajos se metía cuando la necesitaba? Siempre sucedía lo mismo. Ella la buscaba y nunca la encontraba, probablemente porque esta tenía un escondite en algún lado del castillo. Escondite que debería encontrar por el bien de sus pies.

Mirando a su alrededor, se sacudió la túnica y comenzó a caminar con tranquilidad con la clara intención de dirigirse hacia las mazmorras. El suave repiqueteo de sus tacones parecía llamar la atención de muchos, que la miraban de manera muy discreta. Y es que por más que los profesores habían intentado persuadirla, ella no había dejado sus antiguas costumbres:Como sus tacones o el labial carmesí que usaba todos los días, o el perfume de sirena que usaba para encantar a todo el sector masculino.

Las comisuras de sus labios se elevaron, formando así una media sonrisa en sus finas y delicadas facciones mientras esta se paraba frente al retrato para decir la contraseña y así entrar a la Sala Común. Como adoraba tener todo el encanto de su madre, el dinero y ahora el apellido. Quien diría que ahí sería alguien. No es que en su antigua escuela no fuera alguien, pero por lo menos parecía no ser tan repudiada.

Debía ser el apellido. ''Weasley'' Porque este significaba algo en Londres, pero en Atenas o en Francia solo era uno más del montón. Aunque si lo pensaba ella no había usado el apellido hasta el momento de llegar ahí. Antes usaba el apellido de su madre, el cual era Fortescue: Skyler Deyanira Fortescue. Por otro lado, debía ser el misterio de ser la nueva allí. Nadie sabía mucho sobre su pasado, y le encantaba.

Si tan solo supieran que ella era la única heredera de dos fortunas, la Fortescue y la Kingsley, cuyos negocios, oro y status ella había heredado ante la muerte de toda su familia materna. --Si tan solo supieran.. Suspiró, dejándose caer en uno de los sofá de cuero negro. Ella sabía que si abría la boca, seguramente estarían detrás como alfombras con patas. Pero no lo hacia porque la hipocresía era algo que no soportaba.

Relamiéndose los labios notó que alguien salía de los dormitorios de los chicos, alguien a quien había buscado con desesperación minutos atrás. Al verla, no pudo evitar carcajearse: Hola Dulzura.. -Saludó con un fingido tono seductor, alzando una ceja- ¿Pasaste un buen rato ahí adentro?

Los rayos de sol se filtraban por la superficie del lago y tenuemente lograban traspasar las profundidades de las aguas del lago negro.

Era justamente uno de esos rayos los que se filtró por las cortinas del dormitorio de chicos de sexto año y dió directo al rostro de la única chica que dormía en esa habitación.

Lentamente abrió sus ojos, sintiendo el calorcillo instalado en su mejilla. Maldijo en voz baja su mala suerte y giró su cuerpo, dándole la espalda a la ventana y quedando frente a frente con su mejor amigo, el cual se encontraba profundamente dormido.

Sus mejillas se tiñeron de rojo al recordar los sucesos de la noche pasada, gracias a merlín la embriaguez de ambos no había dejado que llegaran muy lejos y si tenía suerte, el chico no recordaría nada y ella podría fingir que nada había ocurrido.

Se levantó lentamente, sin despertar a su rubicundo amigo y amor de toda la vida, depositó un ligero y casto beso en la comisura de sus finos labios y sonrió al ver una sonrisa en el rostro del chico. Cogió sus zapatos de tacón, acomodó la falda que llevaba puesta (Una de cuero negro, la cual le llegaba a medio muslo) estiró las pocas arrugas que quedaban en su blusa de seda negro-transparente con tachas en los hombros y salió de la habitación de los chicos, con el cuidado suficiente de no despertar a ninguno de sus amigos y los compañeros de estos.

Con una sonrisa boba en sus labios, recordando los besos y caricias (Aunque fueran en un estado etílico considerable) que había compartido con el rubio. No era ningún secreto que ella estaba locamente enamorada de él, pero no se atrevía a confesarlo. Prefería tenerlo de amigo que perderlo de algún modo.

Estaba al pie de las escaleras cuando se calzó sus tacones y se dedicó a subir los peldaños de esta, encaminándose a la sala común de su tan adorada casa.

Una voz llamó la atención de la chica y el rubor se instaló aún más fuerte en sus mejillas.

"Hola preciosura" Respondió con el mismo tono de voz, siguiéndole el juego para luego soltar una risilla medio tonta. "Nunca se pasan malos ratos si se trata de buenas compañías" Guiñó un ojo y fue a sentarse al lado de la chica, depositando un sonoro beso en la mejilla de esta.

"Te perdiste de una buena fiesta anoche ¿Dónde estabas? Te busqué por toda la sala común y por las mazmorras, por todo el piso mejor dicho" Le preguntó con una ceja alzada, sonriendo e invocando una gran botella de agua helada.

Negó con la cabeza, soltando una sonora y melodiosa carcajada ante el intento de tono seductor de su prima- ¡Merlín Rose! Has de ser picarona. –Le tiró de las mejillas, aun riendo mientras dejaba un beso en su coronilla- Más te vale haber usado esas cosas muggles.. Con.. cond.. ¿Condones? Bah, yo que sé cómo se dice esa porquería. O por lo menos, ojala que hayas usado protección mágica.
Muy lejos de querer explicarle a su prima donde había estado toda la noche, se detuvo unos segundos a pensar en que decirle. ¿Le diría que estuvo con un Hufflepuff? No, no podía. Aunque este fuera un galán no creía que su prima lo aceptara. Deslizó sus manos por el suave cabello de Rose, peinándola un poco con sus dedos para que los que entraran a la Sala Común no la vieran tan desarreglada. No era el estilo de ella estar medio crota por ahí. –Pues, cariño, he tenido una magnifica noche con un Hufflepuff que me hizo tocar el cielo con las manos gracias al masaje descontracturante que me dio. –Para su buena suerte, ella podía fingir calma a la perfección, era muy buena actriz cuando se lo proponía. Por Morgana, Merlín y todos los caballeros de la mesa redonda ¿Por qué carajos le había contado la verdad?

–En fin, Rosie Pooh, te estuve buscando toda la maldita mañana por todo el castillo.-Comentó en un intento exitoso de cambiar el tema- Lástima que no se me ocurrió pensar que estabas en habitación de Scorp, ya te pareces a Lily durmiendo con Hugo. ¿Qué no se cansan? –Alzó las cejitas en un gesto que le había copiado a Zabini, antes de volver a reír. Envidiaba a sus primas por tener mejores amigos tan.. confiables, dado que ella no tenía uno. Siempre había anhelado tener un mejor amigo al cual fastidiar, portador de los secretos más íntimos, causante de su felicidad. Pero no.. Y eso frustraba muchísimo. Al menos quería desahogarse con alguien.

—Te iba a contar que papá me envió una carta, y una pulsera. ¿Viste que falta poco para que nos encontremos? –Un brillo especial apareció en sus ojos mientras miraba los pequeños dijes de plata del tintineante accesorio que no se pensaba quitar nunca.  A sus ojos esté era hermoso, pero realmente hubiera visto cualquier cosa hermosa mientras Charlie se la hubiese regalado. Sonaba estúpido, ero era la verdad. Amaría cualquier regalo que su padre le diera. Luego, cuando tuviera loa suficiente confianza con el, le comentaría que su deseo mas anhelado era tener una dragona. Una Colacuernos Hungara. – Cambiando de tema, hermosa ¿Cómo estuvo la fiesta? Me imagino que conquistaste a varios antes de irte con el rubio teñido..

Soltó un gruñido de molestia al sentir sus mejillas ser estrujadas por las suaves manos de su nueva prima, sin embargo el rubor que se formó a continuación nada tenía que ver con el pellizco dado por Skyler.
"Se llaman condones, y no necesito usarlos, no aún" Dijo más bien en un volumen bajo, avergonzada y rehuyendo a la mirada de su prima. "Yo aún nada de nada con nadie, Sky" Le confesó.

La verdad era esa, aunque muchas veces estuvieron a punto de pasar a tercera fase con Scorpius, sin embargo siempre se detenían. Ambos sabían y sentían que la primera vez que esten juntos deberá ser una ocasión especial, con sentimientos reconocidos y con un estado estable y sobio.

Abrió la botella de agua, dándole un profundo sorbo, generando un gemido de placer al sentir el frio líquido ingresar a su cuerpo y minorizar la resaca que comenzaba a hacer efecto.

Pero las palabras de su prima hicieron que el agua se fuese por otra vía y acabara atragantándose.

Abriendo los ojos como plato, tosiendo como condenada y limpiándose los restos de agua que habían escapado de sus labios, le miró escandalizada y entrecerró los ojos.

"Más te vale que fuese un chico sangre pura. El apellido de la familia ya está lo suficientemente sucio como para agregarle otra mancha más" Masculló, algo molesta. Bebió otro sorbo de agua, aunque este le sabía amargo... Ella no podía creer que, siendo Slytherin, su prima fuese a caer de ese modo. Solo esperaba que el chico fuese purista, o por lo menos un sangre pura.

Rodó los ojos con fastidio, como odiaba ese mote que Skyler le puso. ¿Decirle Rosie-Pooh? ¿Es en serio? pero bueno, ella le había dado el pase libre para ponerle el mote que a su prima se le ocurriese.

"No se a que te refieres con lo de Lily y Hugo, y tampoco quiero saberlo. La amistad de esos dos raya en lo bizarro, no puedes compararlo a lo que Scorp y yo tenemos." Otro trago de agua, la cabeza comenzaba a palpitarle y eso no era buena señal.

No pudo evitar soltar una sincera sonrisa de complicidad al oirla hablar de esa manera de su Tio Charlie. La verdad era que no le conocía mucho, pero había oido de los labios de su Tio Bill las cosas que hacía Charlie y eran realmente emocionantes.

"Cuando llegue el día, seguro y estarás orinándote de emoción. Solo no chilles ni te pongas a llorar como una nena cuando le veas" Le dijo con cierto toque de burla, aunque no en mal modo.

Negó con la cabeza un par de veces antes de decidirse a responderle.

"Más que una fiesta fue una reunión social. El círculo está creciendo y la causa sigue su curso" Habló en un susurro tan bajo que solamente pudo oirlo Skyler. Muchas veces habían hablado del tema y, aunque Rose aún no sabía sobre la lealtad de su prima, le había hecho prometer que no diría nada a nadie sobre lo que le contara del círculo.