Es tiempo de que sepas la verdad |Albus Potter|- Inicio de la primera trama-

Dos cubos de azucar, tres cucharadas de café y un ligero toque de crema. Revolver cuatro veces y el café mas perfecto quedaba listo en mi taza.

Esperaba al joven Potter. Ya había hablado con Draco a cerca del tema que Blaise me había comentado y era hora ya de que el muchacho supiera de su misión, de su lugar en esta pirámide y la importancia que él tendría en el futuro de la sociedad mágica.

Había encontrado a la joven Weasley, aquella niña que realmente tenía un gran futuro si continuaba como iba. Solo esperaba de que el mensaje hubiese sido entregado y que el joven Potter vinese puntual al llamado que le había hecho.

Volví a observar el pergamino en donde Blaise había escrito la profecía y todo lo que ello conllevaba. Gracias a él, mi amado esposo, más de la mitad de los inefables estaban de nuestro lado y la otra mitad no tenía ni idea de lo que ocurria en sus instalaciones.

Revolví una última vez y llevé la taza a mis labios, degustando el maravilloso sabor del café importado. Los latinos sabían como producir un excelente café.

Unos golpes en la puerta resonaron y mi taza volvió a su lugar, sobre el platillo de fina porcelana china, a juego con toda la loza que tenía en mi despacho.

"Adelante" Digo, con mi voz delicada, firme, serena y profesional.

Eran las 2 de la tarde, cuando todos habíamos terminado de comer, cada uno se iba por su lugar. Rose me había dado aquel mensaje de la Prof. Zabini. No sabia exactamente que quería, no sabia si alguien había estado contándole algo, solo que, si me castigaban muchos pagarían.

Caminaba por los pasillos repletos de tontos estudiantes. Pasaba entre ellos sin prestarles mucha atención, mi mente estaba concentrada en que podía mandarme a aquel despacho.

Al llegar toque. Se podía oler el café a través de la puerta y el ruido que ocasionaba la taza en un platillo. Una voz fina respondió al otro lado, aceptando que que pasara.

Abrí la puerta y mire al frente encontrándome con la mirada de la prof. Zabini. Suspiro- Dígame, cual es el castigo y quien lo que dijo, asi no perderé mi tiempo, ni usted.- Dije con un tono de frialdad. El tiempo era valioso y no lo perdería aquí con una profesora. Me daba igual lo que dijera o lo que pensara.

Rose decía y estaba segura que era por otra cosas pero yo ya había pisado varios despachos.

Sonreí hacia mis adentros, mientras mi rostro mostraba mi siempre impecable mueca solemne.

"Tome asiento, preste atención y no diga tantas cosas ridículas en tan poco tiempo" Conjuro una taza de porcelana, parte del juego de la misma en la que bebía mi café. "¿Te o Café?" Ofrezco, apuntando ambas teteras, cada una con los diferentes líquidos.

Revolví una vez más y llevé nuevamente la taza a mis labios. ¿Cómo decirle a un adolescente que el futuro de la sociedad mágica recaía en sus hombros? Suspiré y clavé mis ojos en el joven Potter.

Me asombré en demasía al notar ese parecido que el niño tenía con Potter padre, sin embargo en su mirar había algo completamente diferente: Oscuridad, una pizca de maldad y frialdad, de esa que pocos chicos poseía.

"Yo no llamo a mis alumnos para castigos Potter, eso debería saberlo ya. Un Slytherin no debe ser castigado por una injusticia a no ser que sea una verguenza de serpiente" Digo como quien habla del tiempo, bebiendo de mi café y dándole vueltas en mi mente a las palabras de Blaise y Draco. Theo, Pansy y Tory estaban absolutamente de acuerdo con nosotros y eso me ponía más tranquila, Contar con el apoyo de ellos es un respaldo bastante fuerte.

"Préstame mucha atención, lo que ahora voy a revelarte es complicado, peligroso y sobretodo secreto, absoluta y completamente secreto" Le digo en un tono neutro, firme y seco. "El futuro de la sociedad mágica como tal pende de un hilo y es menester que guardes el secreto hasta que sea la hora de que los demás sepan. Tú y las personas como nosotros somos las piezas claves para poder crear la sociedad que tanto queremos, sobretodo tú, Potter"

Espero su respuesta antes de continuar. No puedo soltar la profecía sin estar cien por ciento segura de que el chico cooperará.

Me acerco y me siento, la miro con atención y niego- No quiero nada, solo dígame que tiene que decir y ya para irme.- mi respuesta fue mas fría aun y con un tono algo obstinante.

Sus te, su forma de agarrar las tazas y su tranquilidad era lo que me hacia perder paciencia en ese momento. yo no quería estar aquí y era muy notable eso, aun así me senté para escucharla y en ves de hacerlo me ofrecía te y café ¿que clase de estupidez era esto? debí haber ignorado el llamado a su despacho.

Cuando estaba apunto de levantarme para dejarla hablando sola, comenzó a decir que prestara mucha atención a lo que iba a decir. No sabia que era lo peligroso y complicado decirme algo. pero cuando dijo: "El futuro de la sociedad mágica como tal pende de un hilo y es menester que guardes el secreto hasta que sea la hora de que los demás sepan. Tú y las personas como nosotros somos las piezas claves para poder crear la sociedad que tanto queremos, sobretodo tú, Potter"

¿Era la clave de que? ¿De que hablaba? Me levante- No se de que habla ¿para que estoy aqui? ¿Para ver que es una loca? -Sabia que hablaba, estaba con los mortifagos y todos nosotros queriamos un linaje puro, sin sangres sucias como mi tia Hermione.