¿Que tenemos aqui? Esta será una tarde divertida {Rose&Darien}

"Estupida niñata sin cerebro, que se cree andar en esas fachas por la sala común. Es una zorra de las peores" La chica mascullaba furiosa, mientras recordaba la escena que había visto esa mañana al subir a la sala común.

La pelirroja chica había despertado de un humor excelente, observando a su alrededor y notando que sus compañeras de cuarto y su prima Skyler aún dormían. Como era sábado, había decidido no despertarlas (Todos los días Rose despertaba a las chicas, dependía de su humor la manera en que eran despertadas) asi que subió a la sala común, sabiendo que encontraría a sus tres amigos en ella.

Y en efecto, ahí estaban esos tres, con una cara de babosos observando a una chica de quinto cuyo nombre Rose no había querido recordar.

La chica en cuestión solo vestía una blusa de pabilo, semi transparente, con unas bragas de encaje completamente negro.

Con un bufido y una mirada de odio, Rose pegó el grito y mandó a la chica a vestirse, mientras regañaba a Albus, Scorpius y Taurus por quedárseles viendo como si nunca hubiesen visto un par de piernas. Lo que la chica escuchó una vez llegara al gran comedor la dejó con gusto amargo. La chica esa había hecho todo ese show unicamente para llamar la atención de SU mejor amigo, cosa que ella no permitiría para nada.

Y ahora se encontraba mascullando enfadada en los jardines, lejos de los chicos (No quería que le vieran huraña, no estaba de ánimos para dar explicaciones) y tratando de encontrar la mejor manera de asesinar a esa perra barata, como había optado apodarle mentalmente.

Aunque su mal humor comenzó a esfumarse cuando divisó la imagen de un chico de Hufflepuff, al que conocía por compartir ciertas clases. Según sabía, el chico era como todo Hufflepuff, amigo de sangres sucias y traidores a la sangre.

"Valla, no sabía que los elfos tenían periodos de descanso, ¿No deberías estar por ahí cumpliendo tus deberes de Hufflepuff?" Dijo la chica, apoyándose en un árbol a escasos dos metros de distancia con el chico. Arrastraba las palabras con un siseo, mientras en su mente la fiesta comenzaba de a poco

La chica esbozó una sonrisa de triunfo. Esta sería una presa demasiado sencilla para ella y eso, en vez de aburrirle como lo haría un día normal, le alegraba.

"Pobres elfos si tienen que lucir como tú, se suicidarían al instante" Siseó con una mirada fría y una sarcástica sonrisa. Si no fuese por los cabellos de color rojo y las pecas ligeras que teñían su respingada nariz, podría decirse que era hija de Draco Malfoy o de Blaise Zabini. Tenía el mismo aire arrogante que los padres de sus mejores amigos, la misma mueca de satisfacción y de altivez.

"Aunque el parecido es enorme, corres a penas te llaman y obedeces a penas te ordenan" Se carcajeó. Con curiosidad se acercó y le arrebató el libro de las manos al chico, cogiéndolo con la punta de los dedos como si fuese el objeto más pestilente del mundo.

"¿En serio lees estas curselerías? Es basura adolescente" Le lanzó el libro y negó repetidas veces con la cabeza "Y yo que creía que los elfos tenían un mínimo de cultura. Será mejor que regreses a las cocinas, es tu lugar de residencia al fin y al cabo"

La chica estaba pasandoselo de lo lindo, sobretodo cuando hacía referencias de ese tipo. Claro estaba que muchos Slytherins molestaban a los Hufflepuff debido a la ubicación de su sala común (Muy cerca a las cocinas) y más aún con las craiturillas que obedecían y trabajaban sin descanso, pues el parecido en la manera de actuar era bastante.  

Le lanzó el libro con asco y luego le observó, con una ceja alzada y los brazos cruzados.

"Aunque no me extraña que siendo hijo de quien eres tengas gustos tan básicos y comerciales" Se encogió de hombros, mirándose las uñas de la mano derecha.